Pedro Ferrándiz González, el viejo profesor del baloncesto


El 20 de noviembre de un lejano 1928, nacía en Alicante Don Pedro Ferrándiz González, uno de los entrenadores de baloncesto más prestigioso del mundo y embajador de nuestra tierra a lo largo de todo el planeta.

Pedro Ferrándiz probó fortuna en el mundo laboral alicantino antes de partir a Madrid para lanzar su carrera baloncestística. Tras abandonar sus estudios, trabajó como botones en la sastrería Mora de la calle Castaños y en la Perfumería Azul, en la misma calle, hasta que se sacó el título en Mecanografía que le permitiría entrar a trabajar en la Alianza Española de Seguros de Entierro. Poco más tarde, ingresó en los Sindicatos para, unos años más tarde, ser trasladado al Frente de Juventudes, donde ejerció de secretario.

Fue en esa etapa de su vida cuando se aficionó al deporte que le daría la fama, al presenciar uno de los primeros partidos disputados en nuestra ciudad. El propio Ferrándiz lo narra en primera persona en una entrevista concedida a ACB.com:

«Era en un campo de tierra y quise jugar. No me costó mucho aprender, la verdad. Corría muchísimo, era bajito, jugaba de alero ‘titular’ -que nadie lo dude- y llevaba el número seis de un equipo formado por un grupo de amigos que, faltaría más, carecía de entrenador. Menos mal, ya que a mí nunca me ha gustado obedecer; prefiero mandar. Supongo que no nos habríamos llevado muy bien».

Aquel partido se disputaba en un cine de verano que se encontraba en el solar donde después estuvo el cine Avenida, y en él competían los equipos del Glut y del S.E.U. El propio Ferrándiz describe la impresión que tuvo al ver por primera vez baloncesto como «una llamarada, una explosión de sensaciones para mí desconocidas, un milagro. Mi vida cambió para siempre. A partir de aquel día, no existió para mí ningún otro deporte».

Enseguida comienza a practicar y, al cabo de unos meses, se enrola en el equipo del Frente de Juventudes, el Alerta, donde destaca hasta el punto de fichar por el Glut. Sin embargo, su futuro no estaba dentro de la pista, sino en el banquillo. Tras no jugar ni un solo minuto, decidió hacerse entrenador. Lee todos los libros que pasan por sus manos, sigue la prensa de Madrid y acude a todos los partidos de baloncesto que se juegan en Alicante. Un buen día, el Frente de Juventudes organiza un equipo de baloncesto, donde Ferrándiz se presenta voluntariamente como entrenador gratuito. Comienza su camino hacia el estrellato.

En el Frente de Juventudes, formó un equipo con su hermano Antonio, Ortiz, Torrijos, Miralles, El Peque, Nadal, Cano, Angelín… quienes practicaban en el patio de la sede en la calle Calderón de la Barca, bajo la tenue luz de dos bombillas estratégicamente distribuidas que dejaban zonas del terreno en plena sombra. En invierno, el frío y la humedad los dejaban ateridos. Cuando empezaron a jugar sus partidos amistosos y del Campeonato Provincial, arrasaron para convertirse en líderes del baloncesto alicantino. El equipo del Frente de Juventudes entrenado por Ferrándiz se presentó al Campeonato de España, donde finalizaron terceros tras Madrid y Barcelona.

En 1951, se sacaba el título de Entrenador Nacional de Baloncesto («me lo tuve que sacar por correspondencia, en el único año que se ha hecho así, según tengo entendido»). Como no podía ser de otro modo, fue nº1 de su promoción. Años más tarde, sería también el primer profesor de Baloncesto del Instituto Nacional de Educación Física (INEF).

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Con el título bajo el brazo, es llamado a entrenar al Real Madrid de Baloncesto, puesto que ocupó durante casi dos décadas que coinciden con la época más gloriosa del equipo blanco. Pedro Ferrándiz reinó a sus anchas en España; bajo su dirección, el Real Madrid ganó 12 ligas españolas y 11 copas nacionales, competiciones en las que Ferrándiz aún ostenta el récord de títulos.

Pero a Ferrándiz, España pronto se le quedó pronto corta, ya que extendió su hegemonía a Europa, donde conseguiría 4 Copas y 3 subcampeonatos de la máxima competición continental. Fue precisamente en esta competición, donde se le ocurrió la famosa «autocanasta» de Alocén con la que conseguiría llevar a su equipo a una nueva final europea, lo que obligó a la FIBA a cambiar un artículo del Reglamento.

Pedro Ferrándiz González ha sido el único alicantino que ha ocupado el cargo de entrenador de la Selección Española de Baloncesto entre 1964 y 65, puesto en el que le sucedió el gran Antonio Díaz-Miguel.

Fundador y primer Presidente de la Asociación Mundial de Entrenadores de Baloncesto, cuenta con numerosísimos reconocimientos deportivos y civiles de nuestra ciudad y provincia, nacionales e internacionales.

p-ferrandizEn marzo de 2007, el baloncesto hacía justicia con la figura de Ferrándiz al concederle un hueco en el prestigioso Naismith Memorial Basketball Hall of Fame, el Salón de la Fama del Baloncesto de Springfield (Estados Unidos), siendo el único español hasta la fecha que ha alcanzado este privilegio junto al antes mencionado Díaz-Miguel. Además, en 2009 ingresaba en el Salón de la Fama de la FIBA, ubicado en Alcobendas, Madrid (España).

Como dicen que nadie es profeta en su tierra, la ciudad de Alicante fue una de las últimas en rendirle un merecido homenaje popular. Este llegó en enero de 2014, cuando la ciudad rebautizó con su nombre el hasta entonces Centro de Tecnificación -nombre horrible donde los haya-, sede habitual de los partidos del Lucentum Alicante.

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Acerca de Víctor Guerra

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