El ferrocarril Madrid-Alicante


Durante la segunda mitad del siglo XIX, España inició la construcción y desarrollo de su red ferroviaria, con la que se pretendía fomentar y articular el tráfico comercial entre sus ciudades y provincias. Fruto de esta expansión, en este período nace la línea de ferrocarril entre Alicante y Madrid, un elemento que resultaría fundamental en la vertebración del crecimiento comercial, industrial y, sobre todo, turístico de nuestra provincia.

Las primeras líneas de ferrocarril españolas fueron proyectos modestos, basados en pequeños itinerarios, como la línea Barcelona-Mataró, pionera en nuestro país, inaugurada en 1848. La segunda línea fue la que debería conectar inicialmente Madrid con Aranjuez, y que en una posterior fase, se prolongó hasta Almansa. Esta línea habría de ser la precursora del posterior ferrocarril Madrid-Alicante.

Con la unificación de los servicios de Madrid a Aranjuez, Almansa y Alicante, se constituye la Línea Férrea del Mediterráneo que conecta Madrid con Alicante, como estación término. A esta línea le siguieron las de Madrid-Irún y las de Andalucía, conformando así el principal nervio ferroviario de España, tal y como dictaba el informe favorable de una comisión parlamentaria designada por las Cortes para analizar la construcción de grandes líneas.

La idea consistía en unir la frontera francesa de Irún con el Mediterráneo, a través de Madrid, cuyo último jalón sería el puerto de Alicante, por aquel entonces uno de los más importantes de la vertiente mediterránea ibérica, por delante de otros puertos, como Valencia o Sagunto. La idea de este fabuloso proyecto fue concebido por Don Juan de Lara, comerciante establecido en la Alameda de San Francisco (actual Avenida de la Estación), cerca de donde, años después, se ubicaría el edificio de la estación término.

Alameda de San Francisco (Alicante)

1. Alameda de San Francisco (Alicante)

Formada la Sociedad Pedro Lara e Hijos, se expone el proyecto en el Liceo Artístico y Literario de Alicante. El 27 de noviembre de 1843, la Compañía eleva escrito al Gobierno, por conducto del Secretario de Estado y del Despacho de la Gobernación, proponiendo «construir un camino de hierro, por el sistema de troncos, con los ramales convenientes desde Madrid a Alicante y viceversa, por la ventajosa situación de la plaza de Alicante como punto céntrico del litoral mediterráneo, que tomaría mayor incremento del que tiene reconocido en esa fecha, al extremo de colocarlo entre los primeros del país» (B.O.P. 13-12-1843), bajo las condiciones que se acompañan (B.O.P.-12-1843).

Suscriben y apoyan la solicitud, en representación de las entidades alicantinas, los siguientes señores:

  1. Manuel Carreras, por la Diputación Provincial.
  2. Francisco Ansaldo, por el Ayuntamiento Constitucional.
  3. Vicente Palacio, por la Junta de Comercio.
  4. Félix Giménez, por la Sociedad Económica de Amigos del País.
  5. Sr. Conde de Soto Ameno, por la clase de propietarios.
  6. José Bas, por la clase de comerciantes.

Por Real Cédula de 11 de enero de 1844, es otorgada la concesión de la línea a la citada Compañía.

El primer tramo: Madrid – Aranjuez

En dicho año, el Ingeniero Don Pedro Lara y Meliá concluye el proyecto que, por su gran coste, es ofrecido a la corona. Ésta eleva a la Diputación Provincial el proyectado estudio del viaje para realizar el primer tramo, que debería unir Madrid con Aranjuez. Al mismo tiempo, la Sociedad Promotora presenta los estatutos del trazado, cuya vía se extendería 76 leguas desde la capital hasta Alicante, con un coste por legua tendida de 1.276.555 reales de vellón y la suma total de 152 millones de reales.

Sin embargo, en 1845, la sociedad de Lara tuvo que ser disuelta por la gran carga económica que representaba. Un año después, entra en liza José de Salamanca Mayol, primer Marqués de Salamanca, quien asumiría finalmente la concesión de la línea tras encargar el estudio del proyecto a los ingenieros Juan Subarcase y Joaquín Peyronet. Por fin, el 9 de febrero de 1851, la línea Madrid-Aranjuez era inaugurada por S.M. la Reina Isabel II.

locomotora ferrocarril 1851

2. Sello conmemorativo de la primera locomotora española.

El segundo tramo: Aranjuez – Almansa

Ante la gran aceptación de esta línea por parte de los usuarios, Salamanca solicita al Gobierno prolongar la línea desde Aranjuez hasta Almansa, ofreciendo como garantía las acciones del anterior tramo. Tras serle adjudicada la subasta como mejor postor, por 190 millones de reales, recibe permiso para continuar la obra que habría de atravesar los paisajes de las llanuras manchegas.

Desde el inicio de la construcción de la línea en 1852, el proyecto convivió con las dudas sobre cuál habría de ser su trayecto idóneo. Una vez rebasado Toledo, las discrepancias estaban puestas sobre cuál debería ser el punto de destino de la línea. Alicante – destino inicial del proyecto – Cartagena o Valencia pugnaban por ese privilegio, que llevaba implícito convertirse en el Puerto de Madrid, ya que el ferrocarril facilitaría la conexión del tráfico de mercancías marítimo-terrestre, uniendo Madrid con cualquier puerto mediterráneo.

Alicante y Madrid quedan conectadas por tren

La decisión final respondió a un criterio eminentemente geográfico y económico: la distancia kilométrica entre Madrid y Alicante (455 km.) era inferior a Valencia (490 km.)  y Cartagena (525 km.); a menor distancia, menor coste del proyecto de obra. A este hecho se le sumaba que el descenso de la meseta a través del cauce medio del Vinalopó resulta mucho menos accidentado que otros itinerarios, lo que resultaría clave para zanjar definitivamente el dilema.

A las doce de la mañana del 23 de marzo de 1853 se llevaba a efecto la ceremonia de inauguración de los primeros trabajos partiendo de Alicante en el lugar en donde quedaría emplazada la estación-término; el mismo que hoy conocemos. El acto contó con la presencia de las autoridades provinciales, ingenieros de la empresa y un gentío impresionante; el pueblo alicantino vivía con expectación y esperanza el desarrollo de este proyecto, del que se esperaba que supusiera una inyección económica y comercial para la ciudad de Alicante y su área de influencia.

línea ferrocarril madrid-alicante

3. Grabado de la época. Se observa los arcos característicos de la entrada a los muelles de la Estación Término de Alicante.

Para el desarrollo de la línea del “Ferrocarril del Mediterráneo”, se constituyó en 1.856 la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante, más conocida por sus siglas MZA, con participación del propio Marqués de Salamanca y sus socios financieros, entre los que se encontraba la Banca Rothschild y el grupo francés Chemin de Fer du Grand Central.

Como era costumbre en aquella época, para la construcción del tendido del camino de hierro se emplearon 500 presidiarios, a los que se alimentó y asignó salario y conmutación de pena. En 1855, con el estado de las obras ya avanzado, se incorporaba otro contingente de obreros. El recorrido de la línea por territorio provincial alicantino se extendía a lo largo de 70 kilómetros.

El día 28 de diciembre de 1857, a las ocho de la tarde, se comunicó por telegrama desde Novelda la finalización de las obras, siendo recibido en Alicante a las diez de la noche. Al día siguiente, ya propagada la noticia, Alicante amanecía engalanada con banderas, colgaduras y guirnaldas de flores.

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4. Placa conmemorativa de la línea ferroviaria Madrid-Alicante.

A las siete de la tarde del 3 de enero de 1958, partía desde Madrid a Alicante un tren especial en el que viajaba Don José de Salamanca, acompañado de numerosas autoridades y hombres de negocios. Como curiosidad, queda para la historia el tiempo empleado en aquel viaje: 19 horas (lejos de las 2 horas 25 minutos que tarda hoy en día el AVE en realizar un trazado muy similar).

La inauguración oficial del ferrocarril tuvo lugar el 25 de mayo de 1858 con la asistencia de la reina Isabel II. En los actos de celebración contribuyeron todos los pueblos de la provincia con flores, productos típicos y bandas de música.  El periodista Juan Vila y Blanco, testigo de los eventos, escribió en su libro “Isabel II en Alicante” un capítulo dedicado a los acontecimientos ocurridos durante la estancia de la reina en nuestra ciudad.

ferrocarril madrid-alicante

5. Grabado de la época en el que se ven los actos de inauguración de la línea Madrid-Alicante.

Este acontecimiento forma parte de los anales históricos de la provincia de Alicante, en reconocimiento a todos los que intervinieron en la promoción, diseño y puesta en marcha de un proyecto cuyo servicio contribuyó indiscutiblemente al desarrollo económico, social y cultural de nuestra provincia y al inmediato relanzamiento del puerto de Alicante.

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6. Grabado de la época.

Bibliografía

  • Efemérides Alicantinas (José Tarí, 1958)
  • Reseña Histórica de la Ciudad de Alicante (Nicasio Camilo Jover, 1863)
  • Alicante 1884, Cien Años Atrás (Vicente Seva Villaplana, 1985)
  • Monografías alicantinas II (J. V. Coves Navarro y J. A. Gómez Martínez, 1990)
  • Visuales 2, 3, 4, 5 y 6. Cortesía de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Torrellano (Alicante)

Acerca de Víctor Guerra

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